Hacia el maestro ideal.
Hoy los niños, niñas y jóvenes quieren de sus maestros:
Una sonrisa a flor de labios y un abrazo dispuesto para todos sin importar que dìa sea, ni la edad, la raza, el credo, el sexo o la condición económica.
Que no intimide haciendo creer que todo es difícil y que la vida es dura, por el contrario que infunda el entusiasmo que se necesita para jamás darse por vencido.
Que se presenten dinámicos, activos, innovadores y creativos para que los trabajos sean siempre los mejores.
que exija y jamás mencione la palabra imposible pero que no olvide que la enseñanza parte del ejemplo.
Que día a día eleven sus ojos a Dios para hacer de esta labor un apostolado al servicio de la humanidad.
No hay comentarios:
Publicar un comentario